Otros Residuos

En las obras encontramos, junto con los RCD residuos de otras categorías que deben de ser separados y gestionados a través de gestores autorizados, sujetos a una legislación muy estricta. Entre estos residuos queremos destacar dos categorías: los residuos peligrosos, que agrupan a una serie de residuos que por sus características tienen una determinada peligrosidad; y los residuos de envases no contaminados (los envases contaminados entrarían en la categoría de residuos peligrosos) que por sus especiales características pueden minimizarse y gestionarse de forma separada.

RESIDUOS PELIGROSOS

Entre los RCD encontramos fracciones de residuos que tienen un tratamiento distinto al propio de los residuos de construcción: los residuos peligrosos.

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Es muy importante separar los residuos peligrosos de los no peligrosos, ya que además de proteger el medio ambiente, proteger la salud de los trabajadores, proteger la salud de los residentes de los alrededores de la obra y por motivos de seguridad, mezclar residuos peligrosos y no peligroso puede transferir la característica de peligroso al total de los residuos, por contaminación, complicando y encareciendo su gestión.

Algunos de los productos residuales peligrosos procedentes de obras de construcción, reforma o demolición son el amianto, el alquitrán, los residuos radiactivos, los policlorobifenilos (PCB), el plomo, los componentes eléctricos que contienen mercurio, los materiales de aislamiento que contienen sustancias peligrosas, etc.

MATERIALES CON AMIANTO

Si bien se trata de un residuo peligroso, es importante hablar sobre los residuos de materiales que contengan amianto por su especial peligrosidad, estando sujeto a unas operaciones de manipulación y gestión muy específicas y controladas. Para realizar operaciones de demolición en obras donde exista amianto y para retirar el mismo, es necesario contar con una autorización específica para ello.

RESIDUOS DE ENVASES

Otro tipo de residuos muy habitual en las obras son los residuos de envases. Si bien su gestión no es complicada, deben minimizarse los materiales de embalaje trasladados a las obras de construcción tanto como sea posible mediante la optimización de la cadena de suministro, por ejemplo, mediante envíos a granel o acuerdos de devolución al proveedor con sistemas de devolución y retorno. Todos los residuos de envases que puedan generarse in situ deberán clasificarse en la medida de lo posible con el fin realizar una adecuada gestión diferenciada de los mismos.