Mercado de Subproductos

Como consecuencia de las operaciones de separación y valorización de RCD, podemos obtener una serie de productos, destacando:

Áridos reciclados: se definen como los materiales pétreos de diferentes granulometrías que cumplen las prescripciones técnicas de materiales de construcción. Pueden suponer aproximadamente el 50% de los RCD mezclados que entran en planta. Su destino es la venta para el uso en firmes de carretera, drenajes, rellenos, etc.

Rechazo pétreo: son aquellos áridos no susceptibles de ser clasificados como materiales de construcción, pero que cumplen las condiciones de los residuos inertes adecuados establecidas reglamentariamente, por lo que su destino es la utilización como residuo inerte adecuado en obras de restauración (por ejemplo restauración de huecos de canteras), de acondicionamiento, de relleno y fines constructivos según lo ordenado por el Decreto 200/2004, de 1 de octubre. El rechazo pétreo puede alcanzar el 25% de los RCD mezclados de la entrada en planta.

Materiales valorizables: son los materiales como el papel, el plástico, el metal que se encuentras separados del resto de los residuos y poseen un claro potencial de valorización. Estos materiales se destinan a los valorizadores correspondientes según el tipo de material. Pueden constituir el 15% de los RCD que entran en la instalación.

Rechazo mezclado: son los residuos mezclados de papel, madera, metal, plástico que por su condición de mezcla y tamaños muy pequeños los hace inviables para su valorización, destinándose a vertedero de residuos no peligrosos. Estos residuos pueden suponer el 10% de los RCD mezclados de entrada, una cantidad significativa que se debe tener en cuenta en la planificación de los vertederos de residuos no peligrosos, ya que este será el destino correcto para los rechazos mezclados que se generan en las plantas.

Otros productos o subproductos: en esta categoría incluiríamos a los productos que pueden ser reutilizados sin que sea necesario realizar ningún tipo de tratamiento sobre ellos. Estamos hablando, por ejemplo, de ladrillos en buen estado, azulejos, tejas, puertas, ventanas… estos productos pueden ser excedentes de obra o bien consecuencia de operaciones de rehabilitación o demolición controlada. Si bien la legislación no es facilitadora para la reutilización de estos productos, las tendencias en economía circula nos llevan a potenciar su separación en origen y su introducción de nuevo en el mercado a través de empresas especializadas o lo que se denominó bolsa de subproductos.

CASO DE ÉXITO: Matmap